Someter a un niño a dieta suele convertirse en una pesadilla para el niño y para sus padres. La mente infantil aún no está madura, así que lo lógico es que al crío le resulte incomprensible e inaceptable el no poder comer lo que le gusta.
Sin embargo, la situación puede manejarse con relativa facilidad, siempre que el dietista tenga en cuenta que cualquier régimen que implique un sacrificio excesivo está condenado al fracaso.
Porque ni el niño estará capacitado para seguirlo ni los padres podrán mantenerse mucho tiempo viendo sufrir a diario a su hijo.
Las dietas estandarizadas no son la solución adecuada
Antes de entrar en materia, a modo de experimento, te sugerimos, según la edad de tu hijo, que utilices tu buscador de internet e introduzcas uno de los siguientes términos:
- Dietas para niños de 6 a 12 años
- Dieta para niños de 10 a 12 años
- Dieta para niños de 12 a 14 años
Si pierdes un poco de tiempo en analizar solo los primeros 15 o 20 resultados de la búsqueda observarás que la concordancia entre ellas es mínima, salvo cuando se observa con claridad que un autor ha plagiado a otro.

¿Significa eso que esas dietas no son buenas? ¿Será que algunas son buenas y otras no? ¿O será que algunos saben de qué hablan y otros escriben de oídas? ¿Cuál de esas dietas es la mejor?
Ninguna de las preguntas anteriores puede ser respondida de forma taxativa. La verdad es que esas dietas pueden resultar excelentes para unos niños, ineficaces para otros y en algunos casos incluso contraproducentes.
De hecho, algunas ni siquiera parecen tener en cuenta que estamos hablando de niños, ya que son tan draconianas que hasta para un adulto supondría un sacrificio cumplirlas a rajatabla.
Conclusión: es imposible prescribir una dieta adecuada sin conocer la problemática exacta del paciente, y más aún si se trata de un niño.
La dieta en la obesidad infantil
La mayoría de los casos de obesidad infantil están provocados por una sobrealimentación, por una alimentación rica en azúcares y grasas o por una combinación de ambas.
Por lo tanto, la pauta general se basa en una reducción importante de la ingestión de grasas y azúcares refinados, y una disminución ligera de los restantes carbohidratos. No se suele limitar el consumo de proteínas, y en algunos casos concretos es necesario aumentarlo.
Los casos de obesidad debida a alteraciones metabólicas y endocrinas son poco frecuentes en los niños. Aquí no hay una pauta dietética generalista, ya que el régimen alimenticio deberá enfocarse a corregir el problema que causa la obesidad.
Los preadolescentes son un caso muy particular
Si observas que tu hijo o hija preadolescente empieza a engordar ligeramente, no te preocupes. Es un proceso orgánico natural por el que el organismo hace acopio de grasas, preparándose para la fase de crecimiento acelerado de la adolescencia.
Antes de dos años perderá esa grasa mucho más rápidamente de lo que la adquirió. Si tienes serias sospechas de que el incremento de peso o grasa corporal es excesivo, consulta al médico o al nutricionista para que verifique si los valores de grasa corporal son normales para esa edad.
La dieta del niño enfermo
El tratamiento nutricional varía según la patología. En muchos casos una nutrición específica es el elemento clave, junto con el tratamiento médico, para la recuperación total del niño.

Cómo abordar una dieta para niños sin morir en el intento
Los regímenes infantiles demasiado estrictos están condenados al fracaso. El niño no está preparado y los padres aún menos.
En las dietas infantiles hay que tener paciencia y no someter al crío a una presión excesiva. Por tanto, los padres tienen que ser conscientes que el trayecto ha de ser más largo que cuando se trata de un adulto.
Si queremos llegar demasiado rápido a la meta, lo único que conseguiremos es quedarnos por la camino. En nutrición infantil no existen los atajos.
Tras hablar con el niño, el nutricionista elaborará unos menús variados y atractivos que tengan en cuenta sus preferencias gustativas y permitan alcanzar los objetivos marcados. Sin prisa, pero sin pausa.
Dietista especializada en dietas para niños
Tanto si el problema de obesidad de tu hijo es de origen endocrino como si está ocasionado por malos hábitos alimenticios, entre tú y yo conseguiremos enderezar la situación.
Dispongo de experiencia en nutrición pediátrica hospitalaria, por lo que también puedo facilitarte el apoyo nutricional que ayude a tu ‘peque’ a superar otros trastornos orgánicos o enfermedades.
Solo tienes que pasar por mi consulta y traer a tu hijo para que yo pueda valorar sus parámetros corporales y su estado de salud general.
Desarrollaremos unas pautas alimenticias muy llevaderas para que el niño pueda mantenerlas sin dificultad, y de esta forma asegurar el éxito del tratamiento nutricional.