Nadie duda de que en la época actual las palabras de moda en el mundo de la nutrición son ‘saludable’ y ‘equilibrada’.
Tendemos a confundir ambos términos. Y la realidad es que no significan exactamente lo mismo, aunque estén íntimamente ligados entre sí. Porque difícilmente podremos tener una alimentación sana si no es equilibrada y viceversa.
En qué consiste una dieta saludable y equilibrada
Una dieta saludable es aquella en la que se procura evitar la inclusión excesiva de sustancias nutrientes que pueden resultar, a medio o a largo plazo, perjudiciales para nuestra salud.
Ejemplos de estos nutrientes son las grasas saturadas, el azúcar refinado o la misma sal de mesa. Todas ellas son sustancias que, en su justa medida, contribuyen al buen funcionamiento del organismo. Pero si se superan ciertos límites en su ingesta pueden causar problemas de salud muy serios.
Por otra parte, la dieta equilibrada asegura que las proporciones de nutrientes se ajusten a las necesidades reales de cada individuo. El suministro de grasas, hidratos de carbono y proteínas debe adecuarse al sexo, la edad, el estado físico y la actividad diaria.
Así que una dieta sana y equilibrada es la que permite a cada individuo específico responder a los requerimientos cotidianos de su vida diaria, preservando además su salud y su estado físico.
Lo normal es que para dos personas diferentes sus dietas sanas y equilibradas no sean iguales
Dieta saludable para bajar de peso
Las dietas para adelgazar diseñadas por un nutricionista son siempre saludables pero, por definición, nunca son dietas equilibradas al 100%. Esto puede parecer una contradicción, pero no lo es. Analicemos el porqué:
Con una dieta de adelgazamiento se pretende que el organismo vaya quemando las grasas de reserva que tiene almacenadas. La única manera de que esto ocurra es reducir la ingestión de grasas por debajo de las recomendadas y hacer lo mismo con los hidratos de carbono.
Es decir, se trata de una dieta en la que el nutricionista incluye, de forma deliberada, un desequilibrio energético perfectamente medido y planificado.
Por eso no puede ser mantenida en el tiempo de forma indefinida, ya que, una vez el individuo ha agotado sus reservas de grasa, entraría en una fase de déficit energético que provocaría que el organismo comenzase a extraer glucosa de los músculos y de otros órganos, cosa nada recomendable.
Si además, la dieta para bajar de peso no ha sido prescrita por un nutricionista, añadiremos el riesgo de que esta no sea saludable en absoluto. Y nos referimos a las famosas dietas hiperproteicas, a las dietas que únicamente permiten caldos y verduras, a las dietas exclusivas de frutas y a la interminable lista de dietas intensivas que podemos encontrarnos por la red.

Este tipo de dietas no son saludables ni equilibradas y lo único que nos traerán son problemas y rápidas recuperaciones del peso perdido.
Cómo llevar una dieta saludable
Lo primero que tienes que hacer es conocer exactamente cuáles son tus necesidades energéticas diarias. Esto depende principalmente de tu trabajo y de tu estilo de vida.
Pero no debes olvidarte de otros muchos factores: la edad, el sexo y tu estado de salud. Porque la dieta también tendrá que adaptarse a todos esos parámetros.
Por otro lado, el estado físico tendrá mucho que ver en tu dieta: dependerá de si tienes o no sobrepeso, de si tu masa muscular precisa que le den un empujón o de si practicas o no alguna disciplina deportiva.
Todos estos factores deben ser valorados con precisión a fin de que tu dieta sea realmente saludable y, además, equilibrada.
Soy una nutricionista vocacional con varias titulaciones universitarias y estoy a tu disposición en mi consulta de Gran Canaria: analizaré meticulosamente tu caso y desarrollaré una dieta única y personalizada a tus circunstancias personales.
No lo dejes para mañana: experimenta ya los beneficios de llevar una alimentación diseñada en exclusiva para ti.