Se calcula que entre un 6% y un 20% de las mujeres sufren el denominado Síndrome de Ovarios Poliquísticos.
Puede sorprender la poca precisión del cálculo, pero todo tiene su explicación: este síndrome no siempre se manifiesta de forma explícita, de manera que muchas mujeres lo padecen sin haber sido diagnosticadas, ya que no experimentan molestias, disfunciones ginecológicas ni dificultades para quedarse embarazadas.
El 6% al que hace referencia el cálculo corresponde a las mujeres diagnosticadas y el 20% a la cifra de mujeres que, sin síntomas apreciables, presentan características en sus cuadros clínicos que podrían ser compatibles con este síndrome.
Qué es y cuándo se diagnostica el Síndrome de Ovarios Poliquísticos (SOP)
No entraremos en cuestiones médicas de fondo. Generalizaremos diciendo que, cuando se sufre de SOP, algunos óvulos no se desprenden del folículo al madurar y permanecen adheridos al ovario indefinidamente, por lo que terminan convirtiéndose en quistes ováricos.

En la gran mayoría de los casos, el síndrome se diagnostica en mujeres adultas que acuden a la consulta médica con uno o varios de los siguientes síntomas, muchos de ellos contradictorios:
- Dismenorrea (dolores fuertes durante la menstruación)
- Oligomenorrea (menstruaciones irregulares)
- Amenorrea (ausencia de menstruación)
- Hipermenorrea (menstruaciones abundantes y frecuentes)
- Problemas de infertilidad
- Abortos naturales espontáneos
- Acné
- Hirsutismo (exceso de vello en la mujer)
Los casos de las mujeres asintomáticas no son detectados ni tampoco diagnosticados, por lo que no figuran en las estadísticas oficiales del Ministerio de Sanidad.
Causas:
Se sospecha que en algunas pacientes tiene relevancia el factor hereditario o genético, ya que la prevalencia del síndrome es mayor en aquellas mujeres que cuentan con familiares aquejadas del mismo trastorno.
No obstante, también se observa una mayor prevalencia en mujeres con alteraciones metabólicas, problemas de obesidad y ciertos trastornos relacionados con la resistencia a la insulina. Hacemos notar que el SOP es susceptible de manifestarse en mujeres que no presentan ninguna de estas alteraciones fisiológicas.
Por lo tanto, aunque la etiología no está clara, es indudable la influencia de estos factores (metabólico, alimenticio y hereditario), sin que esto suponga que deban confluir todos ellos para desarrollar el síndrome.
Tratamientos:
El enfoque del tratamiento se puede realizar de dos maneras, en función del análisis médico de la paciente afectada.
En el caso de pacientes sin obesidad y cuyos marcadores biológicos no son compatibles con desajustes del metabolismo, el tratamiento es directamente farmacológico y se realiza con hormonas de la familia de los anticonceptivos orales.
En aquellos casos donde están presentes la obesidad o desajustes metabólicos, una opción a valorar es el tratamiento nutricional, al objeto de intentar corregir de manera natural esos desajustes.

De esta última opción hablaremos más adelante.
Ovarios poliquísticos y embarazo:
Un caso muy común es el de la mujer poliquística que no logra quedarse embarazada.
Para solucionar el problema se procede a utilizar hormonas estimulantes de la ovulación, junto con fecundación natural programada. Gran número de embarazos en mujeres poliquísticas se producen mediante este sencillo sistema. El control debe ser muy estricto para reducir la probabilidad de embarazos múltiples.
Si tras varios tratamientos de este tipo no hay éxito, se repite el procedimiento de estimulación de la ovulación, pero con fecundación artificial intrauterina.
En los casos más refractarios a este último tratamiento se hace necesario intentar provocar el embarazo mediante otras técnicas, como la fertilización ‘in vitro’ o la donación de óvulos.
La alimentación y los ovarios poliquísticos
En mujeres obesas, los hábitos alimenticios deben orientarse a situar a la paciente en un arco de peso que sea lo más próximo posible al establecido como saludable por la OMS. Así pues, la prescripción de un régimen de adelgazamiento resulta indispensable.
No obstante, cada caso particular es diferente. Es al profesional médico a quien corresponde establecer las causas primigenias del problema, sean estas la obesidad, los trastornos metabólicos, la resistencia a la insulina o desajustes hormonales intrínsecos no dependientes de los tres primeros factores.
Además, hay que tener en cuenta que, en ocasiones, algunos de estos trastornos pueden ser concomitantes. Pongamos como ejemplo a una mujer con sobrepeso y que, además, presenta resistencia a la insulina.
Por esoevitaremos sugerir un régimen dietético general, ya que el tema es delicado y cada caso particular debe ser manejado por el nutricionista.
Este ha de proceder a una valoración minuciosa del estado físico, el diagnóstico médico, los hábitos de vida y las circunstancias personales de la paciente.
Es entonces cuando el nutricionista tendrá la información que le permita prescribir un régimen dietético, orientado específicamente a corregir todos los desajustes que influyen en la aparición del síndrome del ovario poliquístico.
Una vez la paciente se sitúa en un peso suficientemente próximo al recomendado para su edad y su corpulencia esquelética, es el momento de que realice un nuevo examen médico a fin de comprobar si persisten o no los factores que pueden ser causantes del síndrome, y si siguen desarrollándose quistes ováricos.
Caso de evolución positiva, se continuará más tiempo bajo régimen dietético, hasta la completa resolución del problema.
En caso de que esto no ocurra deberán aplicarse los tratamientos medicamentosos indicados con anterioridad.
Conclusión
Si tu ginecólogo ya ha diagnosticado que padeces de ovarios poliquísticos, evita caer en la tentación de seguir un régimen por tu cuenta y riesgo.
Para asegurarte de que tu tratamiento dietético es realmente eficaz, acude a mi consulta con tus informes ginecológicos y médicos.
Tras examinarlos minuciosamente y valorarlos, te prescribiré un régimen alimenticio 100% personalizado y directamente enfocado a la resolución de tu problema.